martes, 13 de julio de 2010


Es un vació inmenso en mi interior que no se explica, ese vació que ni mi propia alma puede explicar. Mi corazón y mi alma piden a gritos una solución. Mi cabeza se maquina minuto a minuto, sentimiento que muy pocas veces pude comprender. Es mejor creer en una realidad, antes de enfrentar la verdadera realidad. Escondiendo sentimientos que ni yo entiendo. Cada día que pasa me doy cuenta de muchas cosas, aprendiendo a crecer sola, aprendiendo a ver la vida de otra manera, aprendiendo que no todo lo que brilla es oro, aprendiendo de los errores para mejorar, aprendiendo a vivir el presente para formar el futuro. Llorando desde mi habitación pensando en que y en el porque, el porque a mí? Sabiendo todas las cosas que me quedan por vivir, por soñar, por aprender. Lo único que me sostiene de pie es ese sentimiento hermoso de saber que tengo una persona que además de la distancia y el tiempo esta ahí para mí, en los peores y mejores momentos conmigo, pase lo que pase. Y cuando digo que esta persona es indispensable en mi vida hablo con lo más profundo de mi alma, de mi corazón, de mí ser.
Miro las estrellas y todavía sentir esa esperanza, estar de nuevo a tu lado, de dormir en su pecho, de sentir su calor, de besarlo, de abrazarlo, mirarlo a los ojos y sentirme en las nubes, acordándome de los mejores momentos que vivir a su lado… Pensar que no es por nosotros es lo que más duele, duele, duele TANTO, pero TANTO, que es tan difícil de creer y entender, como dos personas pueden alejarte de tu felicidad, del amor de tu vida, de la persona que me enseño tantas cosas que no conocía, tantas cosas que jamás me voy a olvidar, podrán alejarme, pero nunca voy a dejar de sentir.