
Mil años pueden alcanzar, mil años pueden alcanzar, para que puedas perdonar. Estoy aquí, queriéndote ahogándome entre fotos y cuadernos, entre cosas y recuerdos que no puedo comprender. Estoy enloqueciéndome cambiándome un pie por la cara mía esta noche por el día que nada le puedo yo hacer. Las cartas que escribí, nunca las envié, no querrás saber de mí, no puedo entender lo tonta que fuí. Es cuestión de tiempo y fé